Río de la Plata

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jueves, 4 de febrero de 2016

Mejorar el acceso al agua potable.



            En vista de la gravedad de las distorciones climáticas a nivel mundial, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció junto al presidente del Banco Mundial, Jim Young Kim, la creación de un panel de emergencia de jefes de Estado, encabezado por los presidentes de México e Isla Mauricio, el cual se reunirá a partir de este año hasta el 2018. De no tomarse acciones, se estima que estarán en riesgo 1.800.000 millones de personas, que padecerán la escasez o los desastres relacionados con el agua.

         Sin embargo, el acceso al agua potable ha mejorado en el mundo desde 1990 hasta nuestros días, a pesar de los efectos del Cambio Climático, de acuerdo con el Informe  del año 2015 sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que publicó las Naciones Unidas. Allí se afirma que "en 2015, el 91% de la población mundial utilizó una fuente de agua mejorada, en comparación al 76% en 1990", y que de los 2.600 millones de personas que tuvieron acceso a fuentes de agua potable, 1.900 millones lo hicieron a través de cañerías hasta su propio hogar, es decir, que 58% de la población ha mejorado su acceso al agua potable. Pero es importante resaltar que si bien este ha sido un logro importante, poco haremos mejorando el acceso si por el grifo no saldrá el vital líquido en el futuro, por lo que debemos esforzarnos en comprender dónde se deben realizar las inversiones de ahora en adelante para solucionar el problema de la escasez

La escasez de agua potable, un problema multifactorial.
         La cantidad de agua disponible en una región puede evaluarse a través del Indice de Pobreza Hídrica, desarrollado por la Universidad de Keele, Reino Unido, en el año 2002. Es una herramienta inter-disciplinaria que mide la escasez de agua en base a una serie de datos agrupados en una serie de componentes que, al corregirse aquellos en los que se detectan ineficiencias, mejorará la cantidad de agua disponible para la población. Dichos componentes son los siguientes:


  • Recurso: Se refiere a la disponibilidad física tanto de las aguas superficiales como de las aguas subterráneas, tomando en cuenta su calidad y variabilidad, que conforma la oferta hídrica. Esta es contrastada con la demanda hídrica, que son los usos alternativos por sectores. La contaminación del agua, las emisiones de gases de efecto invernadero, y la deforestación extensiva de los bosques primarios, en especial, aquellos situados a lo largo de una cuenca hidrográfica, tienen impactos negativos en la cantidad de agua disponible para sus usos alternativos.
  • Acceso. Tiene que ver con la distancia que hay que recorrer para obtener el agua en una fuente confiable, así como también, el tiempo empleado en colectarla. Los sistemas de distribución hídrica reducen tanto la distancia como el tiempo de recolección. No es lo mismo caminar con un tobo hasta el pozo, manantial o camión cisterna, y hacer cola para llevar algo del líquido vital a casa, que tener acceso directo a través de un sistema de tuberías. Ahorrar tiempo en esta actividad nos ayuda a ser más productivos en otras.
  • Capacidad. Es la habilidad que tienen los habitantes para manejar el agua adecuadamente, contar con herramientas de negociación, tener acceso a redes sociales de apoyo, y la capacidad para obtener o generar los recursos necesarios para financiar el diseño e implementación de proyectos que mejoren la cantidad, calidad y el acceso al agua. Se relaciona con el nivel educativo y la salud de una población. Tambien representa la habilidad para resolver los problemas de conflicto de uso. Los Emiratos Arabes Unidos usan sus cuantiosos recursos financieros para satisfacer la demanda hídrica de su población, a través de la importación y la inversión en sistemas de desalinización de agua de mar. Estados Unidos, a pesar de contar con grandes recursos hídricos, una excelente infraestructura hídrica que facilita y garantiza a su población el acceso al recurso, también tiene una extensa demanda, por lo que el precio de mercado del agua embotellada suele ser elevado (es más cara una botellita de agua que una lata de refresco). También importan agua de lugares remotos en donde la oferta supera la demanda, como es el caso de las Islas Fiji.
  • Uso: Es la distribución del agua disponible entre los diferentes usos: doméstico, agrícola e industrial, que varía en función de la estructura económica de cada localidad. Constituye la demanda hídrica. El incesante crecimiento de la poblacional mundial y sus necesidades en relación con una oferta hídrica, que si bien es renovable, se torna insuficiente en algunas regiones, generan conflictos de uso. Se hace necesario entonces contrastar la demanda hídrica con la oferta y estudiar su estructura para hallar soluciones que pueden ser de índole tecnológico, de negociación o de organización territorial, entre otras.  
  • Ambiente: Es la necesidad de mantener el equilibrio en el funcionamiento de los ecosistemas, en vista de que el deterioro de los mismos podría generar impactos negativos tanto en la cantidad como en la calidad del agua disponible. Además, el deterioro de los bienes y servicios ambientales provenientes de los hábitats acuáticos, puede mermar la capacidad productiva de una población, con relación al volúmen de pesca o pérdida de cultivos, entre otras. 
      Solucionar los problemas de escasez de agua es prioritario y depende,  fundamentalmente, de un manejo adecuado del recurso, de la implementación de políticas económicas de apoyo (como la creación de sistemas de incentivos), de políticas efectivas de reducción de gases de efecto invernadero,  del desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías y de mejorar nuestra capacidad de negociación y formación de redes, entre otras. La escasez del agua no solo depende de que llueva o no en el periodo correcto, es un problema complejo que exige de nosotros una consciencia plena y capacidad de respuesta.


Deyanira Díaz


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